Ustedes ya saben las amistades que tengo yo. Mi amigo Jordi Tomás, el de “mejor no veo el partido ¿verdad, Emilio?” Mejor, Jordi. Mi sobrino Roger Sanclimens, un gran ejecutivo farmacéutico, que sufre por el Barça y, sí, siempre acierta cuando deja de ver al Real Madrid. Mi colega Alberto Gómez, que siempre me dice que solo el Real Madrid juega a fútbol, a ganar, porque los demás quieren ser bonitos y lo bonito no pega con ganar. Siempre.
Pues a todos ellos y más, a muchos más, a todos los que creían, porque los había, sí, que el Real Madrid no iba a ganar esta final, no sé de donde habían sacado esa descabellada idea, les pasé, en el descanso de la final. estos dos párrafos, datos demoledores. Se los envié para que supiesen de qué iban a morir. Les dije, amigos, me sabe mal suministraros estos dos datos, pero leyéndolos se os hará más llevadera la victoria, de nuevo, del Real Madrid.
–La cifra de goles esperados del Borussia Dortmund era de 1,64 en el primer periodo y se trata, que lo sepáis, de la mayor registrada por un equipo en los primeros 45 de una final de la Champions League (desde 2013-2014).
–Es la tercera vez que no hay remates del Real Madrid desde que hay datos (2003-2004) en la primera parte de un partido de Champions. Los de Carlo Ancelotti no han rematado en todo el primer tiempo, cosa que no ocurría desde octavos de final de 2022 ante el PSG. (en fase de grupos de 2019 y en los octavos de final de 2022). De esta manera, los blancos son el primer equipo que no registra ni un solo disparo a portería en la primera mitad de una final de la Champions desde el Tottenham ante el Liverpol, en 2019.
Y ya no les quise recordar, porque me pareció excesiva maldad, que Adeyemi (minuto 20), tuvo la primera; Fullkrug le pegó al palo (23); Courtois se la paró a Fullkrug (24); el meta blanco resucitado volvió a parársela a Adeyemi, de nuevo (27), Sancho erró, solito, una contra de seis contra tres defensas blancos (30); paradón, ¡paradón!, de Courtois, sí, ¿qué atrevimiento poner al belga bajo palos, no? a disparo de Sabitzer (40); Sancho sienta a Kroos por la banda derecha, pero falla en el centro mortal (42) y(47), que empezó siendo el culpable de todo, en el minuto 20, completa la nefasta primera parte amarilla (y suertuda blanca) con una colada por la banda izquierda que acaba casi en tropezón.
“Nuovo spavento”
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Después de ver todo lo que sucedió en Wembley durante los primeros 45 minutos, después de comprobar, una vez más, que el tremendo Real Madrid iba a ganar, de calle, su Champions nº 15 ¡honor a los campeones de siempre!, después de oír, una y diez veces, al locutor de la Tele5 italiana decir, gritar, continuamente “nuovo spavento per il Real Madrid”, sí, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis…varios sustos seguidos para los blancos, después de todo eso, solo había que ir al microondas, tostar una bolsa de palomitas y destapar, antes de que Carvajal (1.73 de altura) cabecease el 1-0, mucho antes de que Vincius Jr., futuro Balón de Oro, redondease la victoria, el Flù Spumoso, que mi amigo Jaime Martín, de ‘Marca’, claro, había comprado para la celebración.
Él brindó, ya loco. Y yo, que le felicité, le juré que no volvería a ver un partido del Real Madrid al lado de un tipo, más blanco que la camiseta merengue, al que yo, ¡yo!, tengo que recordarle, a cada minuto, que deje de ponerse nervioso, dar volteretas y cabrearse como un mono cuando Mendy fallaba o Vini no se escapaba.
Fui yo, sí, sí, yo, quien tuvo que disuadir, durante todo el partido, a un enfermo madridista de que el Real Madrid ganaría, también, esta final. Y para convencerle y más que nada para que no falleciese de un infarto (además, en Mugello, no hubiese sabido donde llevarle a curarle), le recordé que, el 21 de enero de 2021, Joan Laporta afirmó que “conmigo de presidente, el Real Madrid no ganó ni una sola Champions”.
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Llevan dos en sus tres años. Era evidente que tenía que pasar.
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