Una música de intimidades, inquieta y con un halo de ensueño, enriquecida por invitados especiales, protagonizó el concierto inaugural del Mercat de Música Viva de Vic de la mano de Lucia Fumero y el preestreno de su segundo álbum, el doble ‘Folklore’ (tercero si contamos el que grabó con su padre, Horacio Fumero, el largo cómplice, al contrabajo, de Tete Montoliu). Propuesta de alto nivel instrumental, inventiva y refrescante, para abrir una 36ª edición que resulta ser la 14ª y última de Marc Lloret como director artístico (en tándem con Oriol Roca), puesto que ahora irá a parar al trío integrado por Joan Rial, Jordi Casadesús y Rubén Pujol.
Así lo hizo notar, este miércoles en L’Atlàntida, el alcalde de Vic, Albert Castells, que ensalzó el Mercat porque “genera cultura y actividad económica”. Intervino también la flamante consellera de Cultura, Sònia Hernández, que puso el acento en “la apuesta por el acceso a la cultura”, entendido como “un derecho”.
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Diálogo despierto
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Lucia Fumero desplegó luego ese ‘Folklore’ serpenteante, empezando por un delicado diálogo del piano con la percusión de Juan Berbín y el contrabajo de Magalí Datzira, y abriendo el encuadre a insinuaciones rítmicas latinas. Y a invitados: Rita Payés, compartiendo ‘Starlight’ y sumando luego su trombón a la sección de viento. ‘Folklore’ tiene mucha miga, melodías ajenas a los carriles ordinarios, soluciones audaces y aún así cálidas, y margen justo para la improvisación. Se sumaron la mexicana Fuensanta Méndez, en ‘Del amor’, otra escena con ángel, y Salvador Sobral (Portugal es el país invitado de este año), con su canto alado en un par de temas propios, ‘Tristeza dos dois’ y ‘Anda estragar-me os planos’.
La jornada deparó otras propuestas sustanciosas. Atención a la escalada de Namina, Natàlia Miró do Nascimento, con sus frondosos The Barbarians, formato de septeto finísimo en el que, con todo, mandó su talante y su carisma vocal. Pre-estrenó canciones del álbum ‘La nuit’, que debe salir a finales de octubre, con cruces de funk y blues, guitarra eléctrica ‘roots’, baladas hondas y vistas a Nueva Orleans subrayadas por el trío de metales (Pep Pascual entre ellos). Dejó una estela dolida con ‘I al bell mig, un animal’, canto justiciero en torno a los infortunios derivados del color de la piel.
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Y sesión fructífera de Vic Mirallas con ‘Dudas’, manejando esa voz con soul entregada a un cancionero de pop híbrido, con arpegios de guitarra, ecos de r’n’b y canciones imaginativas, como ‘Vampirs’. Sesión de tonadas encadenadas, sacando partido de esos ‘sets’ de 45 minutos. El Mercat, como dijo Mirallas, “es un deporte de fondo”.
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