Preocupados por la débil audiencia de la semana pasada, la productora Unicorn Content –propiedad de Ana Rosa Quintana— aprieta el acelerador de su programa ‘La vida sin filtros’ (Telecinco). En la segunda entrega han conseguido aumentar la contundencia de sus impactos.
Abrió el repertorio una chica de Castellón de la Plana. Salió a mostrar el resultado de las 35 cirugías estéticas que por ahora lleva soportadas para transformarse en: «Quiero ser la muñeca humana». Los seis kilos de silicona en sus pechos fue lo más enfocado por la cámara. Otra joven, de Panamá, presentada como «la señora con el culo XXL» también causó una gran impresión generalizada. Otra, María José, venezolana, fue lanzada al plató como contraste: «Vive un infierno porque la han operado de los glúteos y no puede sentarse». Un bárbaro cirujano practicó sobre ella una carnicería. Lo ha denunciado. Gustó mucho también el caso de una dama de Valencia que «fue a Turquía a operarse el pecho y acabó sin dientes». Ya que estaba en Estambul, aprovechó para ir a un dentista a que le pusiera una muela que le faltaba, pero no le puso nada. Todo lo contrario. Le arrancó todos los dientes que tenía. Primero lo contó con sentido del humor. Luego, como es natural, se fue derrumbando y acabó en llanto. Con este testimonio, el ‘show’ que buscaba el programa se fundió con la angustia y el espanto.
El ingrediente fundamental de la noche fue una señora de la India, de 30 años, que fue presentada como «exclusiva mundial, ¡la mujer más pequeña del mundo!». Se trata de Jyoti Amge, que mide 62 centímetros debido a una severa acondroplasia, y que ya recordábamos porque en octubre de 2009 Ana Rosa Quintana la contrató para amenizar su programa de las mañanas de Telecinco y también para el programa ‘Rojo y Negro’. Jyoti alcanzó celebridad mundial cuando la cadena estadounidense FX la incrustó en su descarnado espacio ‘American Horror Story Freak Show’.
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En ‘La vida sin filtros’ a Jyoti la trataron con ternura. Inmersa, eso sí, en el espectáculo. No diré que lo que hace este programa es una ‘parada de los monstruos’, por respeto a las señoras que han participado. Mejor dicho, utilizado. Pero la sensación que transmite esta vida sin filtros es de ‘¡Pasen y vean: la mujer barbuda y el hombre elefante!’. Consiguieron aumentar solo un 1,8% su cuota de pantalla.
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