El proyecto Sumar de la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz ha obtenido de nuevo, como ha sucedido desde la ruptura con Podemos, unos malos resultados electorales. En estas elecciones europeas, hasta el punto de que Izquierda Unida no ha obtenido eurodiputado. Todo ello ha provocado a renuncia de Yolanda Díaz como coordinadora general del partido pero, en Catalunya, el candidato de los Comuns, Jaume Asens, no ha asumido de momento ninguna responsabilidad, aunque no faltan voces que abogan porque renuncie en favor del candidato de IU. Pero más que decisiones personales se impone una reflexión organizativa y política.
En Catalunya, en el espacio a la izquierda del PSC, las elecciones europeas han tenido unos resultados inesperados. Los Comuns, el partido autóctono liderado por Ada Colau y Jéssica Albiach, no solo ha experimentado un retroceso notable, como ya sucediera en las elecciones municipales y generales de 2023 y en las recientes elecciones al Parlament, sino que en esta ocasión se han visto superados por Podemos, un sorpasso que no se ha producido en el conjunto de España.
Teniendo en cuenta la importante presencia de partidos de izquierda de ámbito no estatal en España que pueden resultar competidores, y en ocasiones asumiendo una posición cercana al soberanismo en la fractura nacional, tanto Podemos como Sumar han desarrollado, no siempre con éxito, una estrategia de penetración territorial muy similar, consistente en buscar la cooperación con esas formaciones. De hecho, en gran medida, el éxito inicial de Podemos se explica por ello, aunque también muchos de sus problemas internos, por lo que Díaz, haciendo gala de un talante más conciliador que debía servir para evitar las fricciones previas con los dirigentes del partido morado, replicó esa estrategia por medio de una coalición electoral en las generales de 2023 como paso previo al partido. No hay que olvidar que, además, al igual que en el Podemos primigenio, también integró a la vieja Izquierda Unida. Se constata que la dificultad organizativa es siempre la misma, cómo crear una organización unitaria a la izquierda del PSOE existiendo tanta pluralidad en ese espacio en las comunidades autónomas. A esta dificultad estructural se ha agravado por la ruptura de Podemos y el nacimiento de Sumar, una ruptura con un componente muy de tipo personal pero que, como se ha visto en las elecciones europeas, amenaza incluso con dividir incluso territorios como el catalán que se consideraban feudos del partido de ámbito no estatal.
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No obstante, los malos resultados de los Comuns en Catalunya parecen responder más a errores políticos propios y no precisamente a cuestiones de naturaleza organizativa. Por un lado no se puede ignorar el hecho de que el adelanto electoral en Catalunya fue responsabilidad suya por la negativa a aprobar unos presupuestos de alto contenido social. Y por el otro, tampoco se puede obviar el perfil de Jaume Asens, la cara visible en estas elecciones, que en su trayectoria reciente se ha caracterizado más por su defensa de la causa nacional que de la social. Ambos hechos puede no haber resultado del agrado del elector más izquierdista y por ello, habiendo una opción de voto de izquierdas alternativa en estas elecciones como ha sido Podemos, se han decantado por ella. Harían bien los Comuns en recapacitar al respecto.