El nuevo mapa del Consorci d’Educació absorbe la oferta de ciclos que hasta ahora se hacían en los institutos de secundaria y los agrupa en nuevos institutos exclusivos y especializados de FP. Supone un cambio de paradigma que unifica y racionaliza la hasta ahora oferta fragmentada de FP para concentrarla en centros integrados con oferta completa: desde PFI o grados básicos, a grados medios y superiores, cursos de especialización, acreditación de competencias, formación para el empleo, certificados del SOC o formación continua para empresas y sectores.
La FP se está haciendo mayor, más musculada y más compleja. Requiere una gobernanza y gestión específica para desarrollar todo su potencial, sincronizarse con los avances tecnológicos y ajustarse mejor a un mercado de trabajo con exceso de vacantes y de sobrecualificación. Son desafíos mayúsculos que hasta ahora asumían los institutos de secundaria por sí mismos, pero que superan sus posibilidades. Tiene poco sentido ubicar la compleja oferta de FP integrada (para estudiantes, trabajadores y parados de distintas edades) en centros que también han de escolarizar a partir de los 12 años.
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El nuevo mapa en Barcelona mata dos pájaros de un tiro: crea centros integrados por especialidad y libera la FP del paradigma escolar de los institutos de secundaria. Es un cambio disruptivo que permite planificar mejor una oferta más ajustada a las necesidades productivas y generar ecosistemas que incentiven a las empresas a implicarse más en desplegar la FP dual.
Sin duda es un avance innovador para potenciar y prestigiar los estudios profesionales, pero también plantea nuevos desafíos, al implementar una nueva división del trabajo pedagógico entre centros y profesorado. Primero, requiere la mejora de resultados y competencias básicas en los institutos de ESO, para minimizar el posterior abandono de la FP en el primer trimestre.
Segundo, requiere reforzar la orientación profesional en los IES y permitir itinerarios flexibles y combinados que sirvan de testeo para los jóvenes, aspirando al objetivo estratégico de abandono escolar cero en la ciudad. Tercero, el nuevo mapa ha de ser inclusivo y promover la continuidad formativa ascendente hacia una cualificación profesional completa, tal y como dispone la nueva ley estatal de FP (2022). No sería justo crear una Champions de centros excelentes que deje en la cuneta a los alumnos de bajo rendimiento para centrarse en los mejores. Un mapa de este tipo exige cuidar más de la equidad y la atención personalizada con apoyos pedagógicos de calidad.
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Por último, un grueso importante del alumnado de FP de Barcelona no reside en la ciudad. El efecto concentración tiene un impacto metropolitano negativo que ha dejado al Baix Llobregat, Maresme y los dos Valleses con una oferta insuficiente de plazas. No solo se requieren nuevas becas de transporte sino un mayor equilibrio territorial de la oferta metropolitana. De hecho, Catalunya sigue sin contar con un mapa actualizado de la FP, tras tantos años y tacticismos desesperantes. ¿Para cuándo lo tendremos?
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